8 de marzo de 2009

DE TAL PALO TAL ASTILLA

¿Por qué será que cuando se convoca a los padres y madres a la reunión con el tutor de principio de curso sólo viene los del alumnado no conflictivo?
¿Por qué será que cuando se les tiene que convocar a una reunión por malas actitudes, o ponen muchas dificultades o, si vienen, apoyan o defienden a su hijo o hija?
¿De donde vienen estas actitudes conflictivas, si en la escuela y el instituto se rechazan?
¿No será cierto el dicho que dice “De tal palo, tal astilla”?
Por supuesto hay excepciones, como en todo, pero ésta es la norma general. Cuando tienes una entrevista con el padre o la madre, en seguida te das cuenta por qué los has tenido que llamar. Si los han educado con su mismo sistema de creencias y valores (o tendríamos que decir anti-valores) es normal que se comporten así.
Nos vienen ya educados (o mal educados) de casa, y curiosamente, según los psicólogos infantiles, la educación recibida entre los 0 y los 6 años es la que más les marcará el resto de su vida, y en esta época, el mayor referente son los padres. ¡Qué casualidad!, la Educación Primaria empieza a los 6 años. Y ¡que curioso!, resulta que la sociedad en general nos delega y nos hace responsables de su educación. Pero si cuando empezamos a tenerlos resulta que ya están educados. Entonces nosotros intentamos educarlos en una dirección y sus padres en la contraria, de forma que todo lo que tejemos en clase, sus padres/madres lo van destejiendo en casa, y lo poco que queda lo acaban de deshacer en vacaciones. O no nos hemos quejado una y otra vez, a la vuelta de vacaciones, de que tenemos que empezar otra vez de cero. Es un poco desesperante, pero cada curso empezamos con fuerzas renovadas a intentarlo de nuevo.
Y ¿que haces con estos padres que destejen lo que vas tejiendo y te desacreditan delante de sus hijos? Casi no tenemos más herramientas que nuestras propias habilidades personales, y aun menos elementos de fuerza y presión.
A veces pienso, ¡cuánto tienes que demostrar para conseguir una adopción! pero cuando es tuyo, es igual que seas como seas o hagas lo que hagas, o tengas o no tengas, para quitarle la custodia a unos padres tiene que pasar algo muy grave. Legalmente los padres son responsables de la educación de sus descendientes, y además tienen derecho a que el Estado les proporcione una buena educación, pero, ¿y de sus obligaciones y exigencias de responsabilidad? Salvo la obligación de llevarlos al Colegio o al Instituto, poca cosa más.
¿No se debería invertir más en la etapa infantil, con unos buenos servicios sociales que detecten precozmente las necesidades básicas de las familias? Si no se tienen cubiertas las necesidades más básicas, y /o el padre y la madre se tienen que pasar 12 horas o más trabajando fuera de casa, difícilmente se podrán dedicar a la educación.
¿No seria necesaria una buena Escuela de Padres, que se dedique a orientar y dar pautas, que pudiera ser incluso obligatoria en ciertos casos? Se pueden aplicar ciertas medidas de presión como pérdida de subvenciones o prerrogativas, por ejemplo. Estoy hablando de la época de 0 a 6 años.
Precisamente en Finlandia (¿de qué me suena este país?), cuidan mucho esta parte, desde que nacen, y obligan a los padres y madres por igual a implicarse en la educación en la Etapa Obligatoria en complicidad con el profesorado, y el fracaso escolar es bajísimo.
También he oído algunos comentarios por parte de padres/madres, de los sí preocupados por la educación, que no encuentran una buena oferta de formación subvencionada de este tipo (aunque sí privada). Eso sí, de formación en informática, y otros, todo lo que quieras.

MOTIVACIÓN Y CAPACIDAD DEL ALUMNADO

La diversidad del alumnado es enorme si tenemos en cuanta todos los aspectos, pero si nos centramos en solo dos aspectos, nos quedan cuatro tipos básicos. No soy partidario de clasificar, pues siempre implica una simplificación, y entre los cuatro tipos hay siempre un continuo.
Dentro de la motivación podemos encontrar desde alumnado muy motivados hasta el que no le interesa nada lo que se hace en clase. Los extremos no son buenos, y además se tocan, así que cuando encontramos a un alumnado extremadamente motivado, seguro que afecta a algún otro aspecto de su persona, como su sociabilidad o su sobreadaptación, aunque a nivel académico podamos pensar que es un alumno ideal.
En cuanto a las capacidades, podemos encontrar desde el alumnado que entiende todo a la primera y sabe hacerlo todo bien y rápido, hasta el que no se entera de nada ni sabe hacer las cosas bien, pasando por los que les cuesta más o menos.
Si hiciéramos un gráfico, encontraríamos cuatro cuadrantes:
Elevada motivación y elevada capacidad: Todos quisiéramos un alumnado así. Lo aprueban todo, no suelen generar conflictos y se puede trabajar con ellos e incluso con cierto nivel.
Elevada motivación y poca capacidad: Aunque le cuesta entender las cosas y es lento, suele ser trabajador y se esfuerza a hacer todas las actividades. Aunque suspenda los exámenes al final aprueba por trabajo y actitud. Necesitan más tiempo y dedicación (normalmente basta con una adaptación curricular) por parte del profesorado pero suele ser muy agradecido.
Poca o nula motivación y elevada capacidad: Aunque sea inteligente, no suele trabajar ni en clase ni en casa, no estudia suficiente y acaba suspendiendo. Además suele presentar una actitud negativa, e incluso molesta y genera conflictos. Al ser inteligente es el más difícil de tratar y al que la mayoría del profesorado no desea en clase.
Poca o nula motivación y poca capacidad: Suele ser un alumnado que ni se esfuerza ni trabaja en clase, y aunque quisiera no tiene suficiente capacidades. Puede que sea consciente de sus limitaciones y haga tiempo que ha tirado la toalla. Como se aburre en clase procura distraerse, juntándose con los desmotivados, aunque, en este caso, es más fácil de manejar por su falta de malicia.

En los dos últimos tipos de alumnado poco puede hacer la pedagogía y los diferentes métodos, salvo en los casos leves de motivación y, en todo caso, el tipo de clase tradicional no funciona en absoluto. Es la causa del elevado fracaso escolar, y por mucho que desde la Administración se nos apriete para que hagamos las programaciones, adaptaciones curriculares, y papeleo en general, la influencia en reducirlo es escasa, como se demuestra año tras año. La solución pues no pasa por ahí, sino por buscar las causas de esta desmotivación del alumnado que parece no provenir de los parámetros externos socio-culturales o económicos. Los profesores que hemos hecho tutoría sabemos mejor de donde viene esta desmotivación, pero claro, a nosotros no se nos consulta.

5 de marzo de 2009

BIENVENIDOS AL BLOG

Existe una gran polémica actualmente sobre el fracaso escolar, y todos se preguntan por las causas, y se pasan las responsabilidades unos a otros. Los padres y madres a la Administración y al profesorado, la Administración aprieta las tuercas al profesorado, y éste le pasa parte de la responsabilidad a los padres y madres y al alumnado, y se queja de la Administración. En realidad todos tienen parte de responsabilidad en lo que les toca y ninguno la tiene en su totalidad. De esta manera llevamos años y el fracaso escolar no sufre cambios sensibles, a pesar de ir cambiando las Leyes sobre Educación en función del partido político que está en el poder (sin consultar o hacer caso omiso al profesorado que es quien lo vive cada día y lo tiene que aplicar).
Aún así, no confundamos responsabilidades con causas. Se han realizado ya muchas encuestas y estadísticas sobre el tema, buscando las causas en parámetros sociales, por tipos de escuela, por sexo, por los estudios de los progenitores, ... , pero ninguno ha dado con causas relevantes ni concluyentes.
¿No será que buscamos las causas donde no debemos? ¿No estarán las causa dentro de cada alumno y alumna? ¿Puede que influya el que una buena parte del profesorado no ha cambiado su forma de dar clases aun después de la Reforma? o ¿Puede que los progenitores hayan cambiado su forma de educar a sus vástagos?
Seguramente la respuesta no es única, sino que será una combinación de todas ellas. Que yo sepa no se ha hecho aún ningún estudio al respecto, ¿o sí?
Un saludo.